Este artículo es el primero de tres. En esta trilogía, se irá abordando la complejidad de la desorganización del apego.
Preámbulos
Lo que sigue es todo lo que pude apuntar sobre su diálogo, lo reconstruyo. Espero que os dé qué pensar como me sucedió a mí. Me esfuerzo como el historiador Tucídides, por ser riguroso, con toda la exactitud posible. Casi todo el texto son las palabras de una sola persona, quien conoce sobre el apego. Por tema literario, solo pongo guiones cuando habla la otra persona, quien busca algunas aclaraciones. Esto es casi un soliloquio, a lo Hamlet. A pesar del ruido y de la digestión pesada, mereció la pena. Ahora valoradlo con vuestros propios ojos. Todo esto va sobre la teoría del apego y sobre la comprensión de la desorganización del apego, algo más común de lo que la gente piensa.
Ah, antes de comenzar, ellos hablan de figura de apego primaria y madre como sinónimos. No tiene por qué ser una mujer, ni singular, aunque tradicionalmente ha sido así, por razones complejas que ahora no vienen al caso. Es como el concepto de sensibilidad materna. Es indiferente el género, mientras que sea una figura de apego atenta, principal. Lo ideal es que sean ambos padres.
Comienza mi transcripción.
-Quien más sabía de amor dijo Sócrates era Diotima. Amor como perseguir lo bueno, lo bello. A través del cuerpo, del alma. Mitológicamente nacido de la abundancia y de la pobreza.
-Pero alardeabas de saber sobre la teoría del apego. Ahora demuéstralo.
– La impaciencia te puede, pero no te culpo. Quería haber hablado antes sobre Tony Soprano, cuando le dice a su hijo que el amor hace vender muchos discos. Y de otras cosas. Pero da igual, vamos al grano: la forma de materializar el amor, más allá de razonar sobre él en una plaza, es el vínculo. Si me cuidas y te cuido podremos trascender nuestros límites. No puede ser viable una autosuficiencia desde el yo aislado. Válido en todas las épocas y en todos los ámbitos.
– Hemos ahorrado tiempo entonces.
-Te has perdido saborear la lentitud, pero eso es cosa tuya. María Zambrano decía en La tumba de Antígona: “el amor es el elemento, por así decir, de la trascendencia humana, primeramente fecundo: seguidamente, si persiste creador. Creador de vida, de luz, de la conciencia”.
-Creo que no te dará tiempo a acabar con este tema en el postre.
-En la recámara está el café.
Procedieron a seguir aclarándose en medio del bullicio.
Definición del apego
La teoría del apego fue creada por John Bowlby. El apego puede entenderse como dos tendencias innatas. La primera a solicitar cuidado, ayuda y protección ante el peligro. La segunda a buscar consuelo ante el dolor. Son conductas que se dan a lo largo de toda nuestra vida, o en palabras del autor: “desde la cuna a la tumba”. Puedes entenderlo como un sistema motivacional, que busca disminuir el sufrimiento. Es la principal forma que tenemos de regularnos emocionalmente.
-¿Algo tiene que ver con el desapego? Ahora hay mucha gente que come muy bien y tienen el gimnasio como religión. Hablan de eso y de Marco Aurelio.
Nada que ver. El desapego es una idea filosófica y religiosa. Es una propuesta para alcanzar la felicidad a través de renunciar al valor de las cosas. Desapego en el sistema de apego sería como comprar un piso con dinero del monopoly. Sería absurdo. Sigo.
A los padres primerizos, ante los nervios sobre si lo harán bien o no, les suelen decir: no te preocupes, solo necesitáis estar atentos y darle amor. Todos creemos saber qué es eso. ¿Pero científicamente en qué consiste? Tres son los conceptos de los que hablaré, los cuales están interrelacionados: sensibilidad materna, especularización y asociación corregida por metas.
La sensibilidad materna puede entenderse como la capacidad de los cuidadores para percibir e interpretar con precisión las comunicaciones y necesidades de su hijo, así como responder adecuadamente, en congruencia. Esto es posible debido al sistema de apego, que atañe a cada vínculo específico. Por eso, aunque haya un mismo clima familiar y educación, si hay varios hijos, los vínculos serán muy diferentes. Pues cada bebé tiene un temperamento diferente, nace en un contexto único y bajo un deseo idiosincrático, en un momento del ciclo vital distinto. En casos adaptativos, existe un amor hacia el bebé, quieren verlo fuerte y sano, se lo imaginan siendo en un futuro una persona de provecho. La imaginación ligada al contacto emocional con el infante les hace estar predispuestos a la sensibilidad materna. Podemos entender este concepto a nivel dimensional y contextual. Es decir, hay padres que tendrán más sensibilidad materna que otros, así como también que dicha habilidad oscilará según las circunstancias de los padres. Por ejemplo, unos padres estresados a nivel laboral, o con dificultades económicas suelen tener menos sensibilidad materna. Si los padres son suficientemente buenos, crean unas reglas relacionales óptimas para el desarrollo psicológico del infante. Como veremos más adelante, hará que el niño pueda crear unos Modelos Operativos Internos (MOI) más funcionales para él mismo y la sociedad. La plataforma donde reposará su organización psicológica.
Si de momento hiciésemos un croquis sería algo parecido a lo siguiente:
¿Te has parado a mirar de lleno a un bebé? Es la máxima expresión de vulnerabilidad humana. Necesita de nosotros. Necesita de una conexión segura, de un cuidador primario capaz de protegerlo. Lo miras y miras, y sin darte cuenta estás haciendo de espejo, ¿de qué? De sus estados emocionales. Este fenómeno se llama “especularización” (traducción del inglés mirroring). Es un proceso secuencial que se retroalimenta. Ahora lo entenderás mejor. El bebé expresa su experiencia subjetiva de una manera muy primaria, expresa sus necesidades. La madre decodifica ese estado, para devolverle otro estado emocional más preciso, actúa para satisfacer sus necesidades. Por ejemplo, si el bebé se encuentra ante una situación nueva, la percibe como incertidumbre y llora. No sabe si es peligrosa o no, pero avisa a sus figuras de apego mediante el llanto. Entonces la madre mirándole ayuda a que el bebé reprocese su malestar. Así le transmite un mensaje de sosiego: no hay peligro. Realizará gestos que reflejen tranquilidad y certidumbre. El bebé recibe esta información y vuelve a emitir estados emocionales de alegría, previos a la situación nueva. Reactualiza su estado. De esta manera, se vuelve iniciar un nuevo ciclo en el proceso relacional. Va generalizando nuevas situaciones, que pasan a convertirse en habituales.
Estos ciclos son constantes y se complejizan conforme el infante va adquiriendo lenguaje. Es una colaboración en la que se da un sentido a su experiencia, dando lugar a una seguridad ganada. Puedes verlo como una serie de acuerdos implícitos, que no pasan por el lenguaje. En la literatura científica se conoce como asociación corregida por metas. La madre y el bebé se esfuerzan para construir un “vínculo a tres” (es decir, tú mi baby, yo y el mundo). Persiguen objetivos, tienen retos y obstáculos por delante. Este vínculo a tres, se interregula como el Google Maps si activas el GPS (siempre hay recálculos en dicho triángulo dinámico, caminos en los que tenemos que reconfigurar el trayecto). Puedes entender la asociación corregida por metas como un contrato implícito, como un acuerdo. Las discrepancias duraderas darán lugar a problemas psicológicos y sociales. La sensibilidad materna resquebrajada. Sería la constatación de que el amor no ha podido hacer bien su trabajo. Por tanto, variables como la predictibilidad, firmeza y compartición de los estados mentales, influyen fuertemente en nuestro sistema de apego.
Todo esto que acabo de hablar, permite el enriquecimiento de otra pieza clave en nuestras vidas: el sistema de exploración. Entre otras funciones, modula la apertura a la experiencia del niño, su inhibición o desinhibición. Si el infante y posterior adulto, se siente seguro con su sistema de exploración, tendrá experiencias positivas en los medios de socialización (como en la escuela, instituto, actividades extraescolares, etc.). Bajo la sensibilidad materna y la asociación corregida por metas, irá dando pasos explorando hacia una independencia, ya en la vida adulta.
Si el niño va recibiendo el mensaje de que el mundo, aunque a veces complejo, es un lugar vivible y no hostil:
1º Como veremos más adelante, esto se concretará en modelos operativos internos más funcionales.
2º Aumentará su confianza epistémica, es decir, la consideración de que la información que te aportan los demás puede ser relevante.
Los MOI dependen de la confianza epistémica. Menos confianza epistémica lleva a MOI más desadaptativos y más rígidos al cambio. Más confianza epistémica lleva a cambios sustanciales en los MOI, pues los demás se ven dignos de confianza. Los otros podrán aportarte conocimiento psicológico que te permitirá revisar tus teorías personales y, por tanto, tu experiencia. Pero volveremos sobre este asunto más tarde. Retomemos las partituras.
Como he ido diciendo, los bebés se regulan a través de la conducta de la madre y las otras figuras de apego significativas. Es cuando se ponen en juego las estrategias más elementales. Imagina por un momento que soy un bebé mirando a los ojos de mi madre: aprendo de una manera muy primaria, que hay una relación entre aquello que me sucede dentro, y lo que sucede fuera, es decir, mi madre. Siento las contingencias o la ausencia de estas. Esto me condiciona para los siguientes eventos en los que suceda lo mismo o algo parecido. ¿Y qué pasa si se falla en un ciclo relacional? Me preguntaba una paciente el otro día. ¿Puede ser dañino para el bebé y crearle secuelas, lo que llaman un trauma? La respuesta es no. Para crear secuelas, tiene que darse fallos generalizados, sistemáticos en la especularización. Errores en la captación de los estados emocionales de nuestros babies siempre puede haber. Lo importante es que seamos suficientemente buenos, que tengamos la predisposición por querer captar y preocuparnos sobre qué necesitan. Imagina por un momento a una figura parental está deprimida crónicamente debido a x circunstancias. Estará ausente a nivel emocional en muchos momentos, a pesar de su intento de cuidar lo mejor posible. La acumulación de ciclos relacionales en los que el GPS está escacharrado, da lugar a estados mentales irresueltos. Y esto, sí que es dañino como te comentaré después. Es la puerta de entrada hacia la psicopatología.
Por tanto, fundamental es que la figura de apego primaria tenga una respuesta sensible a las necesidades del bebé. Tiene que dar una respuesta que dé seguridad. Seguridad para reducir la incertidumbre y luego para la exploración. La madre como interiorista, organiza qué habrá en los metros cuadrados de la mente de su bebé. Este amor, como papilla, como nutrición relacional, para que el bebé se sienta complejamente amado. Puede ser que la figura de apego primaria falle en representar la experiencia subjetiva del bebé, pero lo importante es que pueda reparar el equívoco en el siguiente ciclo relacional.
Disclaimer: cuando hable de estados mentales irresueltos, se entenderá mejor.
En cada período de nuestra vida, necesitaremos sentirnos complejamente amados. Ya solo el intento, ser conscientes de que la otra persona lo intenta y modifica su comportamiento para que nos sintamos amados, no lo es todo, pero casi.
El amor concretado en estos conceptos, es lo que vertebra, edifica la estructura de nuestro yo. Cimienta nuestra personalidad, nuestra confianza en el entorno, en los demás y en uno mismo. Cuando culturas pasadas edificaban, unas lo hacían pensando en el presente inmediato y otras pensando en la posteridad. Quienes pensaron en el futuro, tenían un sentido de continuidad. Pusieron la ciencia al servicio de la grandeza, un amor por el progreso. Pues como esas edificaciones, nosotros somos una construcción psicológica que se sustenta en una biología. Está ahí, la predisposición al desarrollo mental. Pero es el entorno quien va completando el proceso, quien pone vigas robustas, quien ofrece los materiales de calidad, para seguir haciendo nuestra casa.
-Cuántos conceptos.
Sí, estamos desentrañando una maraña, siéntete corresponsal de la psique.
Modelos Operativos Internos
Volvamos a las instrucciones para crear nuestra fortaleza. Sensibilidad materna, especularización y una asociación corregida por metas, darán las bases para unos MOI adaptativos, como antes cité. ¿Y este concepto cómo puede definirse?
Se trata de estructuras, representaciones, guiones acerca del mundo y de los demás y de uno mismo. Guiones como en una película o serie, reglas prototípicas para saber cómo actuar o qué poder esperar. Pero esos guiones están inscritos en la memoria semántica. La mayoría de veces no sabes que están ejerciendo una influencia en ti. La memoria semántica tiene que ver con los significados que atribuimos a nuestra experiencia. Deriva de la memoria episódica, llamada así porque en lo que recordamos que vivimos, a nivel sensorial. Complementariamente, es útil pensar en los MOI como mapas relacionales de los demás, de uno mismo y del mundo. Mapas que se actualizan con nuevo software, es decir, con nuevas vivencias. Así es como la internalización del vínculo, se va complejizando. Pues no son solo tus figuras primarias de apego, quienes van dándote un reflejo sobre quién eres, quiénes son los demás y qué puedes esperar del mundo. Eso es solo el principio. Sino que ese pequeño fragmento lo vas extendiendo a las nuevas vivencias que vas teniendo. Confirmas o desconfirmas, reestructuras en base a tus observaciones y al impacto emocional. Si descomponemos los MOI, los principales son los que se refieren a la relación de uno mismo con otros significativos. Estos guiones entendidos también como teorías personales, señalan en sus mapas cuán aceptable soy o son los demás, cuán digno de amor soy o son, entre otros parámetros. Los MOI responden a preguntas como las siguientes: ¿puedo confiar en los demás? ¿Puedo confiar en mí mismo? ¿Puedo confiar en el mundo? ¿Soy digno de amor? ¿Puedo confiar en una pareja? Como habréis podido observar, estos MOI tienen mucha relación con la confianza epistémica. Si mis mapas me dicen que no puedo confiar en los demás, no podré aprender de los demás y mi camino será más solitario y mi sistema mental más rígido, más impermeable a las nuevas percepciones.
-Y si el camino es solitario, no solo es rígido sino también más distorsionado.
Así es, nos quedaríamos en un solipsismo, donde sería difícil elaborar. No hay nuevo fluir vital de la agua estancada. Debido a las relaciones sociales, como dice Heráclito, no te puedes bañar en el mismo río, pues nuevas aguas corren siempre sobre ti. Los MOI fluyen actualizándose constantemente. Aunque partan de la infancia, están en un baile constante donde evolucionan o se quedan desfasados. Recuerda que si no hay movimiento, si hay oscuridad, las bacterias hacen inhabitable dicho agua. Pero en condiciones generales, es lo de siempre, el perpetuo cambio. El software de nuestros MOI necesita de actualizaciones del sistema, en función de las buenas o malas experiencias que tengamos. Información que extraemos según el desenlace de dichas experiencias.
No solo importan mis MOI sino que estos danzan con otros MOI. No hay vida humana que no sea relacional. Los MOI retroalimentándose en su correspondencia de significados o tratando de lidiar con la falta de correspondencia y, por tanto, de invalidación y/o incertidumbre.
Se puede deducir entonces, que los MOI son organizadores y mapa de las experiencias subjetivas posteriores. En resumen, por nuestra predisposición al apego, con amor, a través de la sensibilidad materna, especularización y asociación corregida por metas, se van creando los MOI. Estos nunca dejarán de evolucionar y modificarse, en función de nuestras experiencias. Son los responsables de la continuidad de los estilos de apego a lo largo del desarrollo evolutivo. En otra charla tendremos que hablar de eso. Sigamos, pues la modernidad líquida nos pisa los talones.
¿Qué he dicho hasta entonces? Pues esto:
Recapitulando, los MOI se encargan de las maneras específicas de apego, de estar y ser con tus padres, con tus amigos, con tu pareja, etc. Es el cofre donde se guardan las estrategias para autoregularse ante el malestar, para reducir el impacto de lo que nos sucede malo en la vida. Entonces si tenemos unos MOI donde sentimos confianza en nuestra familia, en el entorno y en nosotros mismos. ¿A qué suena esto? A las bases de una autoestima firme.
-Pero estoy pensando, ¿qué pasa con los adolescentes hoy en día? Se habla mucho de ellos, de su salud mental. ¿Qué pasa con sus MOI?
Sus MOI aun son muy moldeables, tanto para bien como para mal. ¡Casi todo está por hacer! Es como un mapa dibujado en una servilleta, de forma provisional. Tienen que pasarlo a un papel con más gramaje, con más evidencia. Esto lo harán viviendo la complejidad de la amistad, el amor íntimo hacia otra persona, emancipándose, diferenciándose mentalmente de los otros. Buscando su unicidad. Muchos retos académicos y profesionales por delante, dudas existenciales, la poda neuronal de por medio… Si hay un amor respetuoso con la necesidad de exploración del adolescente, pero mostrando límites firmes, dará confianza a los chavales. Sin embargo, debido a muchas variables sociales y familiares, los MOI de los adolescentes pueden ser muy vulnerables. Y no olvidemos el mundo tecnológico, que aporta muchas cosas buenas tiene un reverso lleno de oscuridad.
– ¿Los móviles, no? ¿El veneno de las redes sociales?
Reitero lo que estaba diciendo, la tecnología no tiene un valor moral en sí. Depende de cómo la utilicemos. Pero los datos son escalofriantes: los móviles aumentan la sintomatología ansioso-depresiva, la agresividad y otras conductas violentas, especialmente las redes sociales. ¿Y esto, cómo lo podemos entender desde la teoría de apego? Las redes sociales venden MOI a través de fotos, textos e histories. MOI en redes sociales hablan de vidas supuestamente perfectas. Las personas manipulan o bien distorsionan lo que quieren compartir con los demás. Promocionan teorías, historias acerca de un mundo personal a la medida que desean. Las personas se exponen con la finalidad de ser deseadas y aceptadas. Al final es una manera de validarse a sí mismas. Pero también de autoengañarse. Solo puede existir validación propia a través de evidencias palpables. Pueden ser dadas por las figuras de apego (en términos generales, no solamente hablo de padres, sino de figuras significativas) así como de logros que uno se proponga. Todo ello mediado por una moral que no promocione un narcisismo, creyendo que se fomenta una autoestima. Las evidencias que se muestran en redes están modificadas por filtros o son a menudo teatralizaciones o simplificaciones acerca de hechos vividos. Validarse a través de material que puedes manipular a tu antojo. Eso es lo que pueden hacer influencers y la gente en general. Los adolescentes comparan sus MOI con lo que proyecta su pequeña pantalla, de una manera automática. MOIs que engañan influyen en MOIS influenciables, que creen en lo que ven, a base de falta de criterio propio y repetición. Surgen así narrativas producto de ese choque como “yo no disfruto de la vida como los demás”, “nadie quiere estar conmigo”, “no vivo situaciones tan emocionantes”. Sentimientos como el rechazo y la auto-invalidación azotan los MOIs de nuestros adolescentes. Y malamente, cuando estas comparaciones ganan la batalla a los MOI de los adolescentes. Pueden aislarse, darse por derrotados o lucharán por cumplir esos MOI poco realistas de las redes sociales. Así, se cocinan síntomas psicopatológicos: si no resuelven estos conflictos entre lo que vivo y lo que veo en los demás, si se enquistan, a la vuelta de la esquina tenemos el nacimiento de trastornos psicológicos. ¡Una bomba de relojería! Esto a modo general en todos los adolescentes. Sin embargo, hay un grupo de riesgo: los que han desarrollado MOI vulnerables por vínculos frágiles con sus familias. Los padres por muchos motivos, están ausentes, convirtiendo la relación con sus hijos como negligente. O priorizan otros aspectos, como el éxito laboral, etc. También pueden tener problemas psicológicos que no les permite dar amor de una manera consistente. Hay muchos escenarios posibles. No solo tenemos que pensar en violencia parental. Muchas conductas pueden caer en la percepción del hijo, de no sentirse complejamente amado. En un rato desarrollaré cómo los estados mentales irresueltos de los padres pueden influir en la creación de MOIs poco robustos en sus hijos, a través de la transmisión intergeneracional.
Pero hay rayos de esperanza para estos chicos y chicas. En muchas vidas aparecen figuras de apego que son agua en el desierto. Pueden ser los abuelos, tíos, vecinos, suegros, profesores de primaria y secundaria, sacerdotes, entrenadores, etc. En la vida adulta sucede lo mismo: una jefa que te valora laboralmente, un compañero con más experiencia, parejas que te aman, el apoyo de amistades, etc. Por suerte, hay gente buena que puede dar amor y cubrir las carencias que se dan en el seno familiar.
Como les sucede a los adolescentes citados, las personas a menudo no podemos distinguir lo que es una narrativa fruto de los MOI, de lo que es una verdad. La mayoría de cosas que entendemos por verdad, son MOI que se blindan mediante algún tipo de autoridad (ciencia, religión, etc.). Generamos por nuestros MOI, verdades personales. Unas verdades personales fruto de nuestros MOI previos más las vivencias que tenemos que validan o invalidan estas representaciones mentales. Es la forma más clásica que tenemos de autoinvalidarnos, pero también de autoengañarnos.
Así que recuerda:
Los MOI contienen significados semánticos (conscientes o no), que surgen como agua salvaje a través de las nuevas experiencias. Son un resumen de los significados personales que atribuimos a las experiencias de apego que vivimos. A eso le llamamos verdad y cobra sentido de realidad. Otras veces no podemos elaborar ningún tipo de conclusión sobre la experiencia, y es lo que hablaré como estados mentales irresueltos.
-¿Y cómo sabemos de esos MOI que son inconscientes? Algunos los pillaremos porque la persona te lo expresa directamente. Pero si no, ¿cómo cazarlos?
Se manifiestan en conductas, de contradicciones e inconsistencias. Por ejemplo, si una persona desea tener más amigos, pero se aísla, eso nos dice mucho acerca de la ambivalencia de sus MOI, de las teorías que tiene acerca de los demás. Si se aísla por ejemplo, puede ser porque siente que los demás le hacen daño, o que se lo podrían hacer. O también puede ser que no se sienta suficiente para los demás. Aunque como nota mental te digo que no asocies los MOI solamente a la psicopatología. Existen muchos adaptativos, sanos. Pero no estamos aquí para hablar de flores y mariposas. Nuestra tarea es desentramar los MOI que generan sufrimiento. Más ejemplos de estos significados personales encapsulados en los compartimentos de los MOI pueden ser: “no te fíes de nadie, tarde o temprano te la jugarán”, “no podré hacer a nadie feliz”, “el mundo es un sitio hostil, tienes que tener mucho cuidado”, etc. En otras teorías como la del equipo de Young, los MOI psicopatológicos se llaman esquemas cognitivos disfuncionales.
Fíjate que los MOI, como antes he dicho acerca de las redes sociales, no es un constructo individual. Sino que a menudo son artefactos culturales. O al menos, salpican toda cultura, toda concepción. Por ejemplo, en todo sistema filosófico hay MOIs del autor. Un buen ejemplo de esto es la obra del filósofo Schopenhauer. Su pesimismo lo tradujo a un modelo moral para un uso cotidiano. A través del uso de razonamiento despliega su modelo mental, influido por su experiencia de vida y las lecturas que realizó. La filosofía generalmente es una mezcla de MOIs más integración o ruptura de la tradición filosófica previa. Lo mismo se puede decir de la literatura, cine, pintura u otras artes. Como antes también dije, ciertos argumentos que dicen descansar en lo científico, también son MOI camuflados.
Resumen:
1º Sin amor, experiencia a experiencia, a lo largo de los años, podemos estar a las puertas de la psicopatología.
2º Los MOI están en todas partes, tanto individual como socialmente. Su confusión con la verdad es el pan de cada día.
-Entonces, como has dicho, hay que abrir esas puertas de la psicopatología. Algo hemos entrevisto, ¿no? Vamos a entrar sin miramientos a la casa encantada.
Estados mentales irresueltos
Como todo el mundo sabe, los caminos no son nunca rectos, pueden ser sinuosos. ¿Qué pasa entonces con nosotros, si no hay suficiente amor? Que se crean estados mentales irresueltos. ¿Y qué importancia tiene esto? Pues que los estados mentales irresueltos contaminan a los MOI. Son los fantasmas en la habitación. Luego los MOI se encargan de crear nuevos estados mentales irresueltos. Recuerda esto: los estados mentales irresueltos como nuestra particular Chernóbil. Ahora entenderás mejor. Vamos a aclarar qué es un estado mental resuelto para llegar a lo que nos interesa, su contraparte.
Un estado mental puede definirse como un conjunto de pensamientos y sentimientos que se desarrollan a partir de un hecho vivido. Puede ser de uno mismo o percibirlo en los demás. Pueden ser conscientes o inconscientes. Se considera resuelto cuando podemos explicarlo, verbalizarlo. Esto es una señal de que está articulado y por tanto integrado en nuestra conciencia. Por tanto, es consciente. Sin embargo, cuando hemos tenido experiencias difíciles de procesar emocionalmente, en nuestra narrativa puede haber lapsus, titubeos, silencios, emociones intensas. No podemos explicar lo que nos ha sucedido, qué sentimos, qué pensamos. No le podemos dar coherencia ni sentido. Estas señales descritas son un indicativo de que estamos en uno o varios estados mentales irresueltos. Esta definición que he dado, ¿qué puede ser sino una forma de falta de metacognición?
Para poder captarlo mejor, puedes concebirlo como un puzzle. Del estado mental resuelto eres plenamente consciente. Por tanto, todas las piezas encajan maravillosamente. Sin embargo, como ahora explicaré, en el estado mental irresuelto faltan piezas. ¿Dónde están esas piezas? Pues tres opciones.
1ª Las piezas faltantes están por construir dadas las circunstancias disponibles, es decir, por defecto de fábrica nunca estuvieron en la caja.
2ª Las piezas están, pero sufren de roturas que no permiten el acoplamiento, por lo cual necesitan de reparación.
3ª Las piezas están por buscar, estuvieron en la caja, pero ya no. El juego consiste en crear las piezas necesarias o buscarlas en algún sitio.
Normas del juego: la pieza ya esté rota, inexistente o perdida, necesitará de conciencia y análisis a la luz de la evidencia disponible.
Y por qué a un estado mental le puede faltar una pieza del puzzle o varias, te preguntarás. Por el impacto de adversidades acumulativas. La adversidad es la tempestad que impacta en las piezas, destruyendo algunas totalmente o parcialmente, así como haciendo que se pierdan otras. Podemos considerar la adversidad como una circunstancia que genera estrés. Este impacto depende de nuestras estrategias de afrontamiento, del apoyo recibido y posteriormente del significado que le otorgamos a estas adversidades. Se da un proceso cognitivo-emocional en el que nuestros MOI codifican y crean a nivel simbólico estos eventos.
Las adversidades como malos bocados. Una buena digestión dependerá de si en la metabolización hay reelaboraciones o nuevas perspectivas sobre lo que sucede o sucedió, que atenúen el impacto en nuestro estómago. Es como si se inyecta en el cuerpo una materia nociva, paliarla, depende de tus anticuerpos, de tu sistema inmune. Pues depende de los factores protectores que tengas a nivel psicológico, incluyendo la parte relacional y social.
Al principio de hablar sobre los estados mentales irresueltos, hablaba sobre casas encantadas. Los estados mentales irresueltos son los fantasmas que habitan la habitación, es decir, en los MOI. Si hay muchos fantasmas, hacen inhabitables las habitaciones.
Y ahora vamos a ver qué pasa si permanecemos en esas habitaciones repletas de fantasmas.
Colapso: desorganización del apego
Hay experiencias en las que la persona no puede más, los factores protectores no dan abasto. Así, se ve bloqueada la activación del sistema de apego. Los MOI por la presión del ambiente, por la resonancia emocional, dejan de funcionar de una manera estable. Pensemos por ejemplo en una paciente que tengo, embarazada, que muere su pareja de una manera inesperada. Esta adversidad trastoca el sentido de sí misma, de los demás y del mundo. Sus planes de vida se trastocan de una manera irremediable. Su sistema de apego entra en crisis. Movimientos sísmicos sacuden sus MOI. Imprescindible será poner palabras a sus sentimientos, a sus emociones, elaborar lo sucedido, aunque ello conlleve mucho dolor. Procesar el duelo, apoyarse en sus personas más queridas y que dichas personas estén disponibles para ella. De esta manera puede pasar de estados mentales irresueltos acerca de su proyecto de vida y el de su bebé, a estados resueltos sobre dichos temas existenciales.
Aclarar que la desorganización del apego no es un estilo de apego, como a veces se habla. Se habla de un estilo de apego tipo D. Existen episodios de desorganización del apego, dentro de un estilo de apego A, B o C. Aclararé esto en otra charla, porque sobre la desorganización del apego han sido décadas de distorsiones y lucha de egos.
Centrémonos de nuevo. Tenemos el mar enturbiado. Se requiere mucho trabajo de integración de la experiencia para que los MOI sean sanos y viables de nuevo. En estas turbulencias, es cuando aparece la desorganización del apego. La desorganización del apego puede entenderse como el colapso, la incapacidad para encontrar una estrategia consistente para regular la experiencia interna de malestar y así establecer un diálogo que atenúe la intensidad de dicho sufrimiento. El sufrimiento psicológico siempre tiene un componente relacional.
Para que quede algo más claro:
Como dijo Aristóteles, somos seres sociales, estamos interconectados, por lo que puede darse que una persona lance un estado mental irresuelto a otra. Los estados mentales irresueltos, su acumulación, puede predisponer a episodios de desorganización del apego, tanto en uno mismo, como en los demás. Si le pasas estados mentales irresueltos a la otra persona, a través del vínculo, la otra persona puede colapsar.
Por tanto, los episodios de desorganización del apego pueden deberse a:
1º Adversidades acumulativas más el conjunto de estados mentales irresueltos impactando en los MOI.
2º Adversidades acumulativas más estados mentales irresueltos de otras personas que colapsa soporta sus MOI y a mí al proyectarme sus vivencias o presenciarlo, me genera estados mentales irresueltos, lo cual puede retroalimentar el círculo vicioso…
Por eso es tan importante que cada cual como dicen “se gestione sus mierdas”. El dicho popular en términos del apego quiere decir: que cada cual “elabore sus estados mentales irresueltos para transformarlos en resueltos y no contagiar al prójimo anulando así la posibilidad de un episodio de desorganización del apego”. ¿Qué es sino la proyección? Cuando alguien proyecta algo suyo en ti, eso es un estado mental irresuelto. Al no gestionarlo genera en la otra persona otro estado mental irresuelto, provocando distorsiones en cómo se ve a uno mismo, a los demás y al mundo. Lo cual se traduce en la reducción de estrategias disponibles.
Pongamos un ejemplo. Una paciente de 22 años vino, diciéndome que no valía la pena expresar sus emociones, que quería hacer algo al respecto, pero no sabía el qué. Tenía una mala imagen de sí misma. Presentaba un cuadro depresivo moderado. Tenía buen apoyo social y sus padres le animaban a hacer terapia. ¿Qué le sucedió entonces? En la primera sesión me habló de su intento de suicidio a los 16 años. Estuvo saliendo 6 meses con un chico. El chico con sus comentarios aumentó las inseguridades propias de la edad. Criticaba su manera de vestir, y hablaba de otras chicas sexualizándolas. Ella se callaba. Se veía a largo plazo con él, no siendo consciente de los mensajes negativos que estaba internalizando en sus MOI. Él la dejó a los 6 meses. Ella seguía pensando en él, en volver. Después de unos meses sin saber nada uno de otro, él le dijo de quedar. No explicó nada acerca de sus sentimientos. Ella se ilusionó, retomó la idea de que era el amor de su vida. A última hora, él le dijo que no podía quedar. Anuló la cita sin dar ninguna explicación. En ese momento ella no pudo entender la situación, no pudo procesarla. El amor de su vida la rechazaba, por segunda vez. Tenía también el background de sentir como decía ella “desde siempre”, la sensación de ser una carga. Esto se debe a la construcción que hizo de haber sido un bebé prematuro. Hasta la adolescencia, especialmente en la infancia, se recuerda a sí misma en muchas visitas médicas. Sus padres nunca le dijeron que era una carga, pero ella creó esa verdad, sintiéndose culpable por las veces que sus padres tenían que llevarle a especialistas, culpable por el tiempo que invertían en ella. Las conclusiones de estos sentimientos, los introdujo en el cajoncito de sus MOI, el dedicado al yo, a la concepción de sí misma. Por tanto, este significado se volvió a reactivar cuando leyó su mensaje. Volvía a ser una carga. Sintió que la vida sin él, sin los proyectos que tenía en mente, con él, no tenía sentido. Inconscientemente, era una escapatoria al significado de ser una carga. Pero se volvió a cumplir. Entonces, sus MOI se vieron rotos, pues estaban muy ligados a la vida con él, todavía no tenían mapas mentales de la vida sola. De esta manera, se gestó un episodio de desorganización del apego. Lo cual, a su vez, dio lugar a una sobredosis de psicofármacos. Tras la ingesta avisó a un tío suyo con el que tenía mucha relación. Es decir, su sistema de apego, pudo activarse después de la ingesta, pero no antes, debido al colapso mental que sufrió.
Como hemos dicho, los estados mentales irresueltos si los MOI no son robustos, son precursores de episodios de desorganización. Es como estar a la intemperie. Puede ser que estés en el sol muy a gusto, pero en algún momento llegará la noche oscura… La falta de integración, es decir, la incapacidad de procesar información experiencial cuando hay componentes contrapuestos es lo que genera la desestructuración, es decir, desorganización del apego.
Pero ahora dime, si la desorganización del apego proviene de estados mentales irresueltos más adversidades acumulativas que no pueden tener cabida en los MOI preexistentes, como hijo, ¿qué pasa si las figuras de apego a las que recurres tienen también estados mentales irresueltos? Pues tenemos el fenómeno de la transmisión intergeneracional. Tener a unos cuidadores que no pueden resolver algunos de sus estados mentales distorsionan las reglas implícitas entre ellos y el hijo. Por ejemplo, un paciente me dijo que su hijo de 5 años lo rechazaba. Me dio ejemplos en los que proyectaba sus propios sentimientos en él, de una manera adulta. El había tenido una historia de sentirse rechazado y no había podido elaborar los estados mentales sobre sus experiencias de rechazo y así marcar un antes y después en relación a su vínculo paternofilial. En sus MOI, el rechazo incomprensible de los demás, es un tema central. Ahora lo proyectaba en su hijo. Condiciona así la interacción paterno-filial. Y si esto persiste a lo largo del tiempo puede distorsionar las vivencias del hijo, pues, ¿por qué mi padre me trataba de esa manera? Así, como hijo, es difícil llegar a una conclusión adaptativa. Es el caldo de cultivo para una transmisión intergeneracional.
El último recordatorio del día:
Quedemos entonces en que la desorganización puede verse como una intromisión en las estrategias organizadas y la regulación atencional, que se produce en el contexto de emociones y sentimientos desbordantes.
Una explicación más desarrollada sobre los episodios de desorganización del apego, tendrán que darse en otra charla de este estilo.
-Sí, ya están mirando para que nos vayamos. ¿Qué resumen harías de todo esto?
-Menos amor, significa menos sensibilidad materna, menos especularización y menos asociación corregida por metas entre el bebé y la madre. Por tanto, se debilita el sistema de apego. El infante tendrá MOI más desadaptativos, lo cual le generará con probabilidad estados mentales irresueltos. Así, ante las adversidades que tengan que ver con lo relacional y casi todo es relacional en esta vida, a través del cultivo de estados mentales irresueltos, le generará episodios de desorganización del apego, retroalimentando los estados mentales irresueltos. El culmen de la tragedia se repite si se tienen hijos, generándose la transmisión intergeneracional. Y vuelta a reiniciarse el ciclo. Por lo que es necesario trabajar nuestros MOI, para optimizar nuestros sistemas de apego. Así, no empezaremos un nuevo círculo con nuestra descendencia, desplazando el problema a la generación siguiente.
-Dilo mejor, de una forma más accesible, por si alguien nos escucha o lee.
Vale. Utilizaré un ejemplo ahora sobre la II Guerra Mundial y el espionaje entre Reino Unido y la Alemania nazi. Pero primero focalízate en lo que hablábamos sobre los MOI. Lo que vivimos tiene un significado personal, a menudo inconsciente. Son las adversidades acumulativas las que inciden en nosotros, las que generan los mensajes negativos encriptados en nuestros MOI. A no ser que podamos interceptar dichos mensajes. Interceptarlos sería tener suficientes factores protectores, que nos permitieran elaborarlos y dejarían por tanto de ser “secretos”. Podríamos dar las órdenes para que dichos significados no fueran negativos, los sabotearíamos reescribiéndolos.
Ahora bien, seguimos en el mundo de los espías, ahora vamos a ponernos en los zapatos del matemático y científico Alan Turing. Como británico, en la Segunda Guerra Mundial trabajó junto a su equipo para descifrar los códigos encriptados generados por la máquina Enigma de los nazis. Los alemanes se enviaban mensajes unos a otros, codificándolos a través de la máquina Enigma, por lo que los aliados no podían saber qué significaban. Entonces, creó una máquina llamada Bomber para desencriptar los mensajes nazis. Su contribución ayudó a ganar la guerra. La máquina de los nazis son las experiencias negativas y los estados mentales irresueltos. Sus mensajes encriptados, es lo que nos daña y puede confundir a nuestros agentes, los MOI. Los MOI intentan mantener la calma, no caer en manos del enemigo, se refugian en Bomber, la máquina de Turing. La electricidad que alimenta la máquina para desencriptar es relacional. Son conversaciones que arrojan luz, nuevas perspectivas, nuevos significados que emergen que anulan los mensajes de Enigma, es decir, de los estados mentales irresueltos y las adversidades acumulativas. Ya libres de secretismo. La observación de conductas, el feedback, quita el velo para poder corregir nuestros modelos mentales acerca de uno mismo, los demás y el mundo. Somos Alan Turing en esos momentos gloriosos, desencriptando los mensajes.
-Vale bien, pero entonces, tú que algo sabes de la terapia, ¿cómo todo esto influye o tiene un papel relevante?
En Psicoterapia la persona generalmente viene con algún tipo de sintomatología o un malestar inespecífico. Acerca del primer grupo, vienen porque no pudieron gestionar adversidades acumulativas y/o porque su percepción de la realidad no pudo dar cabida a la experiencia que contradecía dicha visión. Sobre el segundo grupo, pueden hablar de que nunca están satisfechos y no saben por qué, o que no saben lo que quieren en la vida. Aunque se les puede observar desde fuera y sentir que “no les pasa nada”. En mayor o menor medida, todos quieren aliviar algún tipo de sufrimiento y encontrar más satisfacción en sus vidas. Algunas personas lo llaman “buscar la felicidad”. De esto ya hablaremos otra vez, porque tiene tela el asunto. Pues bien, las personas hablan de sintomatología y/o de esa “desorientación del yo”. ¿No es al final, hablar sobre estados mentales irresueltos? Hablan sobre la confusión al percibir sus experiencias. Cuanto más hablan, más nos desvelan sus MOI. De sus MOI se desprende si podrán confiar en el psicoterapeuta, es decir, si el profesional es digno de confianza. Si la información que le transmita será o no relevante. Antes esto justo lo cité como confianza epistémica. Es la permeabilidad que tienen las personas a considerar informaciones como relevantes para el yo. La sensibilidad de nuestros MOI para abrirse a nueva información, para valorarla. Cuanta más confianza epistémica, MOI más adaptativos y, por ende, menos sintomatología y un proceso de psicoterapia más corto. La confianza epistémica es deudora del amor que te han dado. Por eso, cuanto menos amor y aceptación has tenido, menos confianza epistémica tendrás. Lo que indica que menos caso harás al psicoterapeuta. ¡Seguramente será otra persona hostil, bribona, que quiere sacarme los cuartos! ¡Será otro que está ahí calentando la silla y que no hará nada por mí! La confianza epistémica media entre los MOI del paciente y los del terapeuta. Marcará una diferencia entre una información digna de atención y la que no. Aunque el mensaje sea el mismo. Pero demos por válido que sí hay la suficiente confianza epistémica. Entonces, a través de habilidades del psicoterapeuta se van resolviendo estados mentales irresueltos. Por ejemplo, construir conjuntamente hipótesis y valorar su validez, es una manera de resolver estados mentales, entre otras cosas. De la propia intervención, el paciente capta parte de los MOI del terapeuta, más funcionales. Más comprensivos y amables. Como he dicho, los MOI de la persona cambian debido a los MOI del terapeuta, a través del vínculo terapéutico. ¿No te parece que hay paralelismos entre la madre y el bebé y lo que estamos hablando? Sensibilidad materna, especularización y asociación corregida por metas, traducidos al ámbito de la psicoterapia es la empatía, reflejos cognitivos y emocionales, así como la alianza de trabajo. Por eso, hay investigadores que llamaron a esto, reparentalización limitada (el equipo citado antes, de Young, creadores de la terapia de Esquemas). Es decir, el psicoterapeuta es una figura de apego, que a través de variables citadas más las técnicas terapéuticas oportunas, moldean los MOI de los pacientes. El cambio psicoterapéutico es eso: confianza y darle a la persona algo suficientemente significativo para reinterpretar su mundo y, por tanto, sus vivencias. Así, las personas se sienten más libres, sienten más control sobre sus vidas: se quitaron estados mentales irresueltos a sus espaldas. Reconstruyeron su historia, así como los episodios de desorganización del apego. En definitiva reconfiguraron sus MOI. Se dice pronto, ¿verdad?
-Vaya, después de todo esto, no sé si podré volver a creer en el libre albedrío.
-De eso nos encargaremos en posteriores entregas. Próximamente en lo más parecido que exista a un quiosco. El subtítulo podría ser como aquella frase de María Zambrano: “hubo que entrar en la plenitud de la conciencia”.
Los echaron del local, también quiénes trabajan pensaban en volver con sus figuras de apego para desestresarse del trabajo.
PD: Gracias a Nuria Ortega por las ilustraciones y por las ideas que me ha dado para mejorar el texto. Gracias a Nacho Serván, a ASEPCO y a las formaciones de Psymática. Su generosidad es digna de mencionar. Gracias también a los pacientes que a través de su sufrimiento han alimentado mis ganas de querer comprender.